jueves, 1 de mayo de 2008

Construcción con Tierra: recuperar nuestra identidad

Construcción con Tierra: recuperar nuestra identidad

Los Seminarios Iberoamericanos de construcción con tierra (5º iberoamericano y 1º argentino), reunió a científicos, técnicos y tecnólogos de Iberoamérica que trabajan en la especialidad, tanto desde la construcción nueva con tierra estabilizada (en nuestros tiempos se trabaja solo con tierra estabilizada) como de quienes trabajan sobre patrimonio en tierra que, en el mundo, es un universo muy valioso. El patrimonio de todo el mundo está construido en tierra. Son de tapias de tierra (La Alambra, en Andalucía, España). La mayoría de nuestros monumentos en iberoamérica (más del 80%), está construida con tapias, adobes y quincha.

Fuente: Dra. Silvia Cirvini - Arquitecta - Directora Programa AHTER-Unidad Ciudad y Territorio - INCIHUSA - CRICyT-CONICET

Foto: Capilla del Rosario de Las Lagunas - Lavalle - Mendoza

Edición y Redacción: Myriam Arancibia - CRICyT-CONICET
Perder la tradiciónEl problema, además de la conservación de todo ese patrimonio histórico, construido en tierra, es el tema de la construcción de edificios actuales en tierra. Es un material que se usó desde tiempos inmemoriales, un material que el hombre tuvo al alcance de la mano en forma inmediata en todas las culturas del mundo. Dejó de usarse por efectos de la modernización de materiales: la irrupción del cemento, del acero y de otros materiales actuales. De hecho, se perdió la tradición. Se cortó una cadena de conocimiento que se transmitía a nivel tradicional y artesanal. Y estos saberes no ingresaron al mundo académico como ingresó, por ejemplo, el uso del hormigón. Se produce, entonces un corte en la producción de conocimiento y en la transmisión de saberes y prácticas de la construcción con tierra.Desprestigio de la construcción con tierraEl no saber manejar estos materiales, hizo que la práctica quedara relegada al pasado, utilizada cada vez más por sectores de menor poder adquisitivo y ligados a la pobreza. Pero, no era tan así, porque nuestros edificios, nuestros grandes monumentos, las importantes casonas y casas de categoría en haciendas, en fincas, en estancias, son de tierra.
En realidad, puede haber construcciones con distinta calidad constructiva y distinta envergadura, sea de uno u otro material. El desprestigio del material tierra fue favorecido desde el imaginario oficial que intentaba modernizar la construcción. Particularmente, en el caso Argentino. Fijémonos que en otros países de Latinoamérica (Ecuador, Perú, Chile) ciertas tradiciones continuaron y sobrevivieron porque la modernización no fue tan abrumadora como fue la del siglo XX, en Argentina.Prohibido el adobeEn nuestro país hay un abismo entre las construcciones históricas y el presente. Es más, la realización de estos Seminarios constituía un desafío de conocimiento al poner en duda ciertos mitos que ya están instalados. Por ejemplo, no es posible hoy construir con tierra ni hacerlo en forma segura. En nuestra región, el material tierra está prohibido porque demostró ineficacia ante las respuestas sísmicas. Esos temas pueden ser subsanados con mejoramiento del material, de los sistemas y con recaudo en el diseño de las obras.
Acá hay una vinculación muy estrecha entre el tipo de obra, la morfología, la altura, las proporciones de las aberturas, el modo como se trabaja el material y con el conocimiento que, si bien proviene del pasado, tiene el aporte del presente para dotarlo de seguridad y capacidad resistente. Así trabajamos con los monumentos, tratando de que continúen viviendo, después de 200 años, otorgándole una mayor capacidad resistente.La tierra no entra a las universidadesPor eso son importantes estos Seminarios y han tenido tanta adhesión de la gente. Ha habido inscriptos de municipios y profesionales a pesar de que la tierra es un material prohibido en nuestra provincia. Se ha visto la necesidad de revisar estos conceptos, nuestras normas, nuestro sistema de enseñanza que ha negado posibilidades a un material que tiene valores. En el mundo entero se está revisando, en países desarrollados y en vías de desarrollo, por distintos motivos ecológicos (ahorro de la energía, mantenimiento de recursos del planeta, mucho menor impacto que el ladrillo, el hormigón, el acero y por los costos más bajos). Esto supone para países como Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú, tener vivienda para miles de personas que no podrían tenerla de otra manera. Es un material susceptible de utilizar en áreas rurales para construcciones de edificios públicos o para la producción.Una vuelta a la tierra y más viviendasHay una vuelta a la tierra. A veces por moda, a veces por necesidad y a veces por principios en el marco del desarrollo sustentable. Así se busca soluciones que permitan no agredir al planeta y responder a las necesidades que las poblaciones tienen de construir edificios permanentemente.
Hay un tema de desconocimiento y de prejuicio. El desarrollo de la construcción con tierra y el conocimiento de las tecnologías, permitirían construir edificios que no están siendo construidos y abarcaría sectores de la población que no están siendo atendidos correctamente. Permitiría desarrollar planes de autoconstrucción y construcciones rurales, en el caso de nuestra región.
En el resto del país, en áreas no sísmicas, sería una solución para muchas provincias que tienen una gran necesidad de construcción de viviendas y no tienen recursos como para hacerlas con los sistemas tradicionales de los Institutos de la Vivienda o Planes oficiales. Estos podrían ser, también, planes apoyados desde el Estado y podría hacerse un número mucho mayor de unidades al mismo costo y, tal vez, con una calidad arquitectónica muy superior a la que se está ofreciendo para que la gente de las villas o barrios marginales, ocupen.Nuevas técnicasSe mostraron muchos prototipos experimentales. El caso más significativo es el de CRIATIC, coorganizador de los Seminarios con quien trabajamos en red desde la Universidad Nacional de Tucumán. Ellos han hecho un conjunto de edificios. Han creado un laboratorio experimental para construir edificios, en una superficie de 500 metros cuadrados, para lo cual han obtenido un subsidio. Se utiliza distintas tecnologías experimentales, monitoreadas continuamente, para estudiar el resultado que cada una de esas técnicas tiene respecto del efecto humedad, intemperie, etc.Recuperar a artesanos del adobe, la quincha y el revoque de barroEn nuestra provincia el tema de la tierra sigue siendo tabú y es clave que el tema ingrese en ámbitos académicos universitarios. El Centro Regional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CRICyT), está haciendo punta. Lo interesante, es que se solucione el tema del patrimonio histórico y el de la construcción actual al mismo tiempo. Los dos temas van vinculados. Los dos aspectos hay que desarrollarlos en paralelo porque la revalorización cultural de la tierra implica preservar el patrimonio histórico pero, a su vez, estar en condiciones de usarla hoy.
Eso permite formar mano de obra, profesionales que entiendan esa tecnología, que manejen los sistemas y el material y que estén en condiciones de hacer obra, de dirigir puestas en valor de los edificios. En la actualidad, no hay operarios adoberos. Se ha perdido a quienes sabían hacer quincha, adobe, revoque de barro, quienes reconozcan con ensayos sencillos el material para construir con tierra. Hay que volver a formarlos a partir de técnicas artesanales. Para ello, el conocimiento deberá hacer un movimiento desde el ámbito científico hacia el ámbito técnico. Es la única manera, de recuperar estas tecnologías para conservar nuestros monumentos y nuestros saberes que son patrimonio intangible. No lo podemos perder. Estamos en un momento en que aún es posible recuperarlo.
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URL de la noticia: http://www.cricyt.edu.ar/?idnoticia=77

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